LA MONTAÑA DEL MITO ROMÁNTICO

Vidas secretas que se ocultan entre la naturaleza, que cambian la ciudad por por la naturaleza para mostrarse. En esta montaña como huida se oculta una vez más el croquis mítico del romanticismo. 
Los protagonistas de la película huyen el croquis social para mostrarse en amplia amplitud sentimental. Recuerda esta situación a la gracia antigua cuando durante las bacanales las mujeres y sacerdotisas albergaban en el bosque para su festividad, para bailar, emborracharse y practicar ritos y actos sexuales.
Pero más allá del sujeto enamorado que lucha contra todas las cosas,  en este cambio de ambiente que sucede en el rodaje, se encierra un pensamiento entre ciudad y naturaleza, el cual lo encasillamos en estructura, orden, apariencia y romanticismo, virginidad, libertad y actitud dionisiaca.
Esta diferencia entre lo doméstico y lo natural es el que lleva al domingero a salir de expedición cada fin de semana en un juego de pseudo explorador en busca de nuevas tierras, libertades y experiencias. Lo doméstico, cae en rutina y aburrimiento, al estructurarse en una actitud del individuo basada en a repetición.
La búsqueda de lo natural o lo desconocido nos enfrenta y nos apasiona a su ves en  descubrir esos miedos y nuevos limites que no conocemos,  cayendo otra vez en un fin romántico de superación. La búsqueda del limite es lo único que nos hace sentir dentro de el. 
Volviendo a la comparación que encierran los protagonistas de la película con los usuarios de la ciudad. Esa unión hacia deshacer el croquis de las ciudades con esencia salvaje, vida en la naturaleza, disfrute de paisajes, desecho del utensilio, la electricidad y la comodidad. 
Este desvincular de una vida por otra, se dignifica d más viva que la otra. 
Resumiendo, podemos sintetizar en  la falta de aceptación por parte de la hegemonía social, a los sentimientos y actitudes de los individuos que salgan de la masa. 
Aparente similitud del ciudadano con los protagonistas e la película, en una huida hacia lo contemplativo, natural y bello.
Y por último que el croquis social termina en una repetición de esquemas que acaban por quemar al individuo, haciendo que se desprenda de sus comodidades y se aleje de la civilización, en busca de lo virgen.
   

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